miércoles, 29 de junio de 2011

INDEPENDENCIA DE MEXICO

Las conspiraciones surgieron tan pronto como se supo de la invasión de José Bonaparte. El 15 de septiembre de 1808, Francisco Primo de Verdad, Francisco Azcárate y fray Juan de Talamantes se alzaron contra el virrey José de Iturrigaray y, desconociendo al ayuntamiento de la ciudad de México, propusieron la creación de una junta de Gobierno, semejante a las que funcionaban en España contra el invasor, con la esperanza de que le poder pasara al pueblo, es decir, a los criollos ricos. La relación de los peninsulares no se hizo esperar. Temiendo que la colonia se independizara con ello, se acabara sus privilegios, encarcelaron a los rebeldes. Este acontecimiento demostró a los, criollo que los medios pacíficos serían insuficientes para la lucha; en consecuencia a partir de entonces, empezaron a organizarse y a conspirar.

Esta conspiración tenía conexiones con la de Querétaro, que fue la de mayor tracencendencia porque se encontraba los líderes de la insurrección: Miguel de Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Ignacio Aldama, Juan Aldama, Mariano Abasolo, Mariano Jiménez, entre otros.

La conspiración de Querétaro fue descubierta el 15 de septiembre de 1810 y provocó que se adelantaran el acontecimiento para la lucha. Josefa Ortíz, esposa del corregidor Miguel Domínguez, avisó a Allende que la conjura había sido descubierta, y éste a su vez previno a Hidalgo, quien se apresuró a organizar la rebelión y a iniciarla durante la madrugada del 16 de septiembre del mismo año.

Miguel Hidalgo era párroco del pueblo de Dolores, de la intendencia de Guanajuato. Ex alumno de los jesuitas, poseía una gran cultura y fortuna; fue profesor y rector del colegio de San Nicolás en Valladolid. Se había distinguido por sus labores a favor de los indígenas y las castas, a quienes había enseñado alfarería, la cría del gusano de seda y las primeras letras. De ahí fuera seguido por unos 600 hombres y la insurrección se convertiría en un movimiento popular y no sólo la de un grupo de criollos inconformes.

Llamó a misa y desde el púlpito un discurso en contra del mal gobierno, invitando a la unión y a la rebeldía conjunta. A este acto se le conoce oficialmente como "Grito de Dolores". En poco día de reunir a más de 100,000 criollos, mestizos y otras personas dedicadas a la minería, agricultura y los obrajes.

Hidalgo salió de la iglesia con su ejército. En atotonilco adoptó la imagen de la Virgen de Guadalupe como estandarte de la lucha y el grito de la multitud fue desde ese momento: "Viva Nuestra Señora de Guadalupe" ¡Mueran los Gachupines!.

La consumación de la independencia.


Vicente Guerrero fue convencido por Morelos para unirse al movimiento de independencia. Después de varias batallas alcanzó el grado de coronel. No fue hábil como militar, pero su tenacidad como guerrillero hizo mantener viva la lucha de independencia hasta 1821. Guerrero trasladó la guerra de independencia a las montañas de la provincia que conocía desde su niñez. El triunfo de la revolución liberal de Rafael de Riego en España en 1820 desencadenó en México una conspiración, llamada "de la Profesa" . Esta conspiración procuraba evitar la aplicación de la constitución liberal española de 1812, y era encabezada por los grandes terratenientes, los comerciantes españoles y la jerarquía de la Iglesia Católica. Los ricos y la igresia querían ya también la independencia.
El 9 de noviembre de 1820 el Virrey Juan Ruiz de Apodaca nombra a Agustin de Iturbide comandante general del sur. Iturbide marcha hacia el sur, e inicia operaciones de poca importancia mientras procura un acercamiento con Guerrero.
El 21 de enero de 1821 se produce el último combate entre independentistas (Guerrero) y realistas (Iturbide).
El 24 de febrero juntos conforman el ejercito trigarante (o de las tres garantía: Religión Católica , Independencia de México hacia España, y Unión, entre los bandos de la guerra.).
Vicente Guerrero nombró a Agustin de Iturbide comandante del Ejército Trigarante, y juntos derrotaron al ejército español en agosto de 1821. Firman con el último virrey, Juan O'Donojú, los Tratados de Córdoba, que daban la independencia a México. Guerrero e Iturbide entraron triunfantes a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, finalizando así una lucha de 11 años; y al día siguiente se firma el acta de independencia.


Plan de Iguala
Plan proclamado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero el 24 de febrero del año 1821 en la ciudad de Iguala de la Independencia, en el cual se declaraba por primera vez la independencia de México.
Sus tres principios fundamentales fueron:
  • Establecer la Independencia de México de parte de España.
  • Establecer la Religión Católica como única.
  • Establecer la Unión de los ejércitos que luchaban en la guerra de Independencia: los realistas (españoles) comandados por Iturbide y los insurgentes (mexicanos), con Vicente Guerrero al frente.
Más tarde, estos tres principios (Religión, Independencia y Unión) se convertirían en las Tres Garantías que promovía el ejército que sustentaría al gobierno, al que, por la misma causa, se le llamó Ejército Trigarante.
Según este plan, el gobierno que adoptaría México como nación independiente sería el de una monarquía moderada, cuya corona sería otorgada a Fernando VII (miembro de la Casa de los Borbones), o en su defecto, algún otro príncipe europeo.
El plan suprimía, además, las distinciones étnicas entre los habitantes de la hasta entonces Nueva España; declaraba la igualdad de todos los individuos y, por lo tanto, en adelante todos tendrían los mismos derechos.
Para gobernar al nuevo país en lo que llegaba un príncipe a ocupar la corona, el plan proponía la creación de una "Junta Gubernativa" y, posteriormente, una Regencia que se encargaría de gobernar en lo que se elegía al nuevo emperador. Además convocaría a Cortes para elaborar una Constitución.
Finalmente, exhortaba a los insurgentes a incorporarse al ya mencionado Ejército Trigarante, cuyo líder sería Agustín de Iturbide.
Plan de Iguala

jueves, 23 de junio de 2011

EPOCA COLONIAL

El periodo conocido como la Colonial o Virreinato en Méxicoempieza en el siglo XVI, cuando los españoles, Tenochtitlan. Aprende más en torno a él...


Para la historia de México el periodo conocido como la Colonia o Virreinato empieza en el siglo XVI, cuando los españoles, al mando de Hernán Cortés conquistaron la antigua México-Tenochtitlan. Así fundaron la Nueva España, nombre que los conquistadores le dieron a la actual ciudad de México. También se conoce esta etapa con el nombre de virreinato porque el país, durante el tiempo que duró, fue gobernado por un representante del rey de España que tenía el título de virrey.
Es muy raro que haya épocas que abarquen exactamente una cifra decimal redonda, pero en nuestra historia colonial así es, ya que se considera que esta etapa empieza estrictamente en el año de 1521, cuando cayó en poder de los españoles la antigua ciudad de México-Tenochtitlan, y termina en 1821, año en el que se declaró la Independencia de México.
Así pues el periodo de la Colonia abarca 300 años y está usualmente dividido en tres periodos: el primero, y más antiguo el que corresponde al siglo XVI y abarca todo lo que pasó en la Nueva España desde 1521 hasta 1600; el segundo, el del siglo XVII , que comprende lo sucedido entre 1601 y 1700, y finalmente, el tercero y último, el del siglo XVIII mexicano y que va de 1701 y 1800.
Los 21 años que faltan para llegar a 1821 ya pertenecen al siglo XIX, y todavía son parte de la historia de la Colonial, aunque los historiadores les conceden a esos años finales del Virreinato el apelativo de periodo, “de transición”, ya que la lucha iniciada por Miguel Hidalgo y Costilla contra el dominio del gobierno español en la Nueva España había comenzado en 1810 dando lugar así al nacimiento de México.
La importancia de la época de la Colonia es determinante tanto para la historia de nuestro país como nación independiente como para la historia de todo Occidente, ya que, a partir de ese momento, América entró a formar parte del mundo que hasta entonces conocían los europeos.
En la época de la Colonia la religión católica ganó nuevos e importantes territorios, cambió el lenguaje, la traza de las ciudades, las manifestaciones culturales y artísticas y se inició el mestizaje o sincretismo, es decir la mezcla entre los conquistadores y los conquistados, combinación que definió el carácter actual que tienen hoy todas las naciones llamadas latino o hispanoamericanas.
Para entender cabalmente la complejidad de la época de la Colonia en México habría que analizar, en un principio, dos tipos de dominación española: la conquista militar y la conquista espiritual, y después, adentrarse en cómo fue el establecimiento de las ciudades españolas, cuál la situación de los naturales, cómo estaba constituido y cuál era el funcionamiento del gobierno colonial; la importancia de las autoridades eclesiásticas, las nuevas formas de moral y también el terror que inspiró el Santo Oficio todo ello sin olvidar, por supuesto, los estratos o castas de los que estaba compuesta la sociedad colonial.
No menos importante fue, por supuesto, el arte y la cultura en la Colonia que en cada siglo XVI, XVII y XVIII tuvo manifestaciones particulares, la vida cotidiana y el surgimiento del criollismo, de donde salió el conjunto de hombres que, finalmente, habrían de terminar con la Colonia y con la dependencia que, de España, tenía México antes de llamarse como hoy se llama. 

jueves, 2 de junio de 2011

EPOCA PREHISPANICA

I. ÉPOCA PREHISPÁNICA


PODEMOS RASTREAR LA EVOLUCIÓN DE NUESTRA CULTURA desde los remotos orígenes de cazadores recolectores, su paso hacia la agricultura, hasta la formación social y política caracterizada por gobiernos teocráticos y militares. Nuestro territorio es afortunado, pues el Estado de México guarda testimonios prehistóricos y arqueológicos de las más altas culturas generadas en Mesoamérica. Por medio de los estratos podemos seguir la evolución de asentamientos humanos desde miles de años antes de la era cristiana. Por ejemplo en la región chalca, concretamente el sitio arqueológico de Xico, es depositario de uno de los asentamientos humanos más antiguos (posiblemente 22 000 o 21 000 años a.C.). Hacia el norte, en la zona texcocana, Tepexpan y Santa Isabel Ixtapan, se han encontrado restos de animales del pleistoceno asociados a restos humanos y artefactos.
Si iniciamos el recorrido desde el periodo preclásico admiraremos las figurillas de barro encontradas en Tlatilco, lugar cercano a Naucalpan. Estas pequeñas estatuas son famosas por los atavios de los personajes, especialmente femeninos, que indican una variedad de adornos y modelos de indumentaria, ya que no podríamos llamarlos vestidos, pues muchas veces son únicamente faldillas, peinados de diferentes estilos, etc. Entre los varones se diferencian sus ocupaciones o entretenimientos: guerreros, chamanes (sacerdotes o brujos), acróbatas y cazadores. Las vasijas muestran los gustos por determinados alimentos, como peces, patos o animales acuáticos.
Si avanzamos en el tiempo llegamos al periodo clásico, identificado principalmente con Teotihuacan y poblados concomitantes a esa metrópoli, aunque estuviesen un tanto alejados de ella. El ocaso de las ciudades de este periodo nos lleva a la siguiente época, identificada con Tula-Xicocotitlan. La influencia cultural de esta ciudad se percibe en la cerámica y en los detalles de arquitectura; por ejemplo, en CalIxtlahuaca o en Teotenango. Las referencias históricas provienen de Fernando de Alva Ixtlixóchilt, cronista texcocano que manifiesta tener conocimientos del parentesco entre la familia real tolteca y gente del valle de Toluca, porque aquí se refugiaron algunos nobles toltecas a la caída de su metrópoli. Años después, una princesa tolteca se casaría con Nopaltzin, un hijo de Xólotl, el gran Chichimecatecuhtli, principal protagonista de la época siguiente a la tolteca, conocida como chichimeca.
De los tiempos de la irrupción chichimeca nos quedan como testimonio arqueológico dos pequeños centros político-religiosos: Tenayuca y Santa Cecilia, inmersos hoy en la mancha urbana de la ciudad de México. Los límites entre el Distrito Federal y el Estado de México se sitúan casi en esos puntos de referencia. Tenayuca no tiene la monumentalidad de Teotihuacan, pero de aquélla tenemos más información histórica gracias a las pinturas o códices en los que se guardó la memoria de los chichimecas, fundadores de señoríos que destacaron políticamente.
Los señoríos que se formaron en el área geográfica que hoy conocemos como Estado de México no alcanzaron a integrar una entidad política homogénea. Cada población de cierta importancia tuvo territorio y gobierno propios —así todos conservan sus nombres originales— y algunos destacaron más que otros. Únicamente podríamos considerar como cabeceras políticas de importancia a Chalco y Texcoco. Los demás eran pequeños gobiernos, propios de sus respectivas etnias; por esta razón se presentan aquí como entidades autónomas.